PINAMAR – Un grupo de investigadores independientes y del Conicet lleva adelante un proyecto para determinar si un material, elaborado a base de un polímero, puede utilizarse en la prevención del Covid-19.

La licenciada y doctora en química, Verónica Lassalle, que se desempeña en el Instituto de Química del Sur, se ha especializado en el diseño de “materiales híbridos a base de nanotecnología magnética y no magnética con propiedades específicas para contribuir a la solución de problemáticas concretas en las áreas de biomedicina y remediación ambiental”.

La especialista dialogó con Nadie es Perfecto y describió la iniciativa. “Venimos trabajando desde hace bastantes años en un polímero que tiene propiedades antivirales y antibacteriales”.
Recordó que “estábamos estudiándolo y aplicándolo en áeras como remediación ambiental, biomédica, agroinsumos y a raíz de la pandemia empezamos a profundizar sus propiedades y había artículos que daban cuenta que este polímero era activo frente a los virus del tipo corona”.

En ese sentido, explicó que “planteamos este proyecto con la idea de generar un material a base del polímero, con propiedades mejoradas, que pudiera insertarse en distintos tipos de matrices de elementos de seguridad. Lo primero fue insertarlo en telas con el objetivo de confeccionar prendas como guantes, ambos, barbijos para proteger a quienes están en situación más vulnerable que son los trabajadores de la salud”.

Lassalle destacó que “este polímero se extrae de la naturaleza, de residuos de algunas especies marinas, de hongos, y la estructura química que tiene hace que tenga afinidad con la membrana del virus. De esa manera, tiene la posibilidad de absorberlo y dejarlo inactivo, que no se replique”.
Por ello, “la idea es que este material se inserte en alguna de las etapas del proceso de producción, en principio, de telas entonces el virus quedaría ligado al material lo que le impediría seguir reproduciéndose”.

En estudio
La especialista aclaró que el proyecto se encuentra en fase de laboratorio y que se planteó con un plazo de seis meses. “Nos quedan por optimizar cuestiones que tienen que ver con el diseño del material. La idea sería que luego de eso se den los ensayos antivirales para corroborar su actividad, luego una escala piloto y en una cuarta fase que lo empiece a producir una empresa textil con la cual ya estamos colaborando que es una cooperativa textil del sudeste bonaerense”.

Así, “la idea es, según el cronograma que establecimos para solicitar este proyecto, que al cabo de seis meses todo lo que tiene que ver con ensayos esté listo, entonces estaríamos hablando como un plazo máximo de seis meses para que esté en producción en las textiles”.