Lunes 06 de Mayo de 2024







 08/04/2024 - SALUD
Diagnóstico diferencial, la forma clave de pensar las patologías para lograr una vida plena y saludable

Columnista invitada | Cada 7 de abril, se celebra el Día Mundial de la Salud (DMS) con motivo del aniversario de la fundación de la OMS en 1948.



Cuando pensamos en la palabra “salud”, necesariamente surge la imagen contraria que sería “enfermedad”. Ahora bien, sabemos, como señala la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que “la salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” .


En este sentido, podemos referir que implica una mirada más abarcativa a diversos ámbitos de la persona, desde el desarrollo pleno de las características propias de cada individuo, incluso aun cuando este tenga, desde un punto de vista descriptivo, alguna enfermedad o dificultad física o mental.



La visita periódica al médico previene enfermedades. (Foto: Adobe Stock)


La visita periódica al médico previene enfermedades. (Foto: Adobe Stock)



Por ejemplo, una persona puede tener cierto impedimento, pero ello no le ha imposibilitado en su vida realizar actividades físicas, estudiar o trabajar, tener apertura a vínculos sociales, laborales, tener sentido del humor, buscar espacios culturales que le permitan abrirse a nuevas experiencias. Lo mismo puede ocurrir con alguien que tiene algún tipo de obstáculo intelectual o, incluso, una enfermedad mental.








Por el contrario, existen personas que, aun sin afecciones físicas o mentales, refieren sentirse “infelices” o sin objetivos, con cierto desánimo, lo que las lleva a vivir una vida sin sentido, con sentimiento de apatía o fragilidad. En este punto, entramos en un terreno complejo, en el que algunos lectores podrán cuestionar desde dónde pensar entonces la patología y la psicopatología.


La necesidad de que los profesionales puedan conocer las diferentes patologías


La respuesta que pienso es que es necesario que los profesionales podamos realizar diagnósticos diferenciales y conocer las diferentes patologías. En mi labor en la salud mental, por ejemplo, hay que saber qué es una depresión, una fobia o cualquier otro trastorno. Pero es un desafío lograr la mirada singular hacia lo que cada persona es, al desarrollo de su plenitud como ser humano y a que logre un sentimiento de sí de bienestar y equilibrio en sus logros personales, vinculares, intelectuales y culturales, en apertura hacia la sociedad.


A ello se agrega, desde el punto de vista psicológico, la noción de que hay una madurez o despliegue pleno para cada edad y que es importante que el individuo viva ese momento vital. Un niño tiene que ser un niño, crecer en función de esa edad. Lo mismo ocurre en la adolescencia, juventud, adultez y vejez. A cada edad, podríamos decir, le corresponden ciertas características plenas a ser desarrolladas, desplegadas, tanto desde el punto de vista interno como vincular. Por ejemplo, el adolescente es inmaduro, inestable y es esperable que transite ese momento de su identidad. Se añade a ello, la relevancia de que cada momento vital es único e irrepetible, es nuevo y puede ser vívido desde esa novedad, y con la intensidad y plenitud que se pueda vivir.


El compromiso de los profesionales


Por otro lado, quisiera resaltar el compromiso de los profesionales de cualquier ámbito de la salud a mirar a las personas y su singularidad, a no perder la “mirada clínica”, dejando por algunos instantes los manuales descriptivos y de clasificaciones del estilo “es un fóbico”, “es un bipolar”, “el nuevo ingreso de la sala 3″, para poder pensar en la persona que padece algún tipo de dificultad, pero que desde su realidad y circunstancias puede desarrollar su potencialidad y expresión personal.


Así, de esta manera, podemos pensar en la “salud” vinculada al “ser”, referido a un sentimiento interno de riqueza interior, de apertura y posibilidad de encuentro con uno mismo, con los demás y con las experiencias culturales, espirituales y sociales.



La práctica médica hoy se basa fundamentalmente en las especialidades. (Foto: Adobe Stock)


La práctica médica hoy se basa fundamentalmente en las especialidades. (Foto: Adobe Stock)



Una consecuencia de esta mirada, desde el ámbito de la salud mental específicamente, implica que no necesariamente hay que tener una enfermedad o un padecimiento o sufrimiento para pensar en un espacio personal de análisis. En dichas circunstancias, suelen aparecer más claramente la demanda de un tratamiento. Pero hay otros “padecimientos”, por llamarlos de alguna manera, que tienen que ver con explorar, desarrollar estas áreas de la personalidad relativas a un sentimiento de plenitud del ser, de un sentido de sí mismo, adecuado a la edad y circunstancias.


Winnicott, pediatra y psicoanalista inglés, decía que la persona tiene que poder acceder a un sentimiento interno de que “la vida valga la pena ser vivida”, no desde una prescripción, sino desde una experiencia de la persona que despliega su creatividad y potencialidad. Ese sentimiento se forja desde los primeros lazos del niño, pero puede quedar escondido, solapado.


 


 


FUENTE: TN.

















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