No es cualquier destino ni cualquier año. En la antesala del Mundial 2026, el club de Florida quiere juntar a Messi con su socio más fiel de la selección, en una operación que trasciende lo deportivo. La conexión De Paul-Messi ya es parte del folclore albiceleste. Es química, amistad y entendimiento que va más allá del campo de juego. Es confianza mutua y energía invisible. Y también es un mensaje hacia el mundo del fútbol: el Inter Miami quiere ser más que un equipo con grandes nombres y una plataforma competitiva.
Desde el entorno del jugador no descartan nada. Es cierto que el mediocampista surgido en Racing se muestra cómodo en Madrid, donde se destaca desde su arribo en 2021, tras un gran ciclo en el Udinese italiano. Pero también lo es que su vínculo con Messi, su deseo de llegar en plenitud al Mundial y las dificultades para una renovación con el conjunto colchonero podrían empujar la balanza. Y en Miami ya se mueven: Jorge Mas, propietario del club, tomó contacto directo con el entorno del mediocampista, según reveló el programa español El Chiringuito.
La oferta deportiva es concreta: De Paul llegaría para reforzar un mediocampo que ya cuenta con Sergio Busquets, pero que necesita piernas, intensidad y proyección.
Con un plantel plagado de nombres rutilantes —Messi, Luis Suárez, Jordi Alba, el propio Busquets—, Inter Miami volvió a competir tras su eliminación en el Mundial de Clubes con una contundente victoria por 4-1 frente al Montreal, en la que el capitán argentino fue figura con dos goles. El miércoles enfrentará al New England Revolution en Massachusetts y luego recibirá a Nashville, antes de visitar a Cincinnati, líder de su tabla. Pero más allá del presente, todos miran al futuro.

Desde el Metropolitano, la postura del Atlético parece ambivalente: no facilitarán la salida del ex Racing, aunque tampoco la bloquearán si llega una oferta razonable. Se habla de un precio base de 20 millones de euros, aunque algunas fuentes como el periodista Marcos Durán señalan que podrían aceptar una cifra más cercana a los 15. De concretarse, sería la transferencia más resonante del verano para la MLS.
La idea no es descabellada. Ni para el jugador, ni para el club, ni para la selección. A sus 30 años, Rodrigo De Paul mantiene un nivel competitivo que lo posiciona como indiscutido para Lionel Scaloni, pero su continuidad como titular en el Atlético no está garantizada. En cambio, en Miami tendría minutos asegurados, cercanía con su entorno más íntimo —incluido Leo— y continuidad en un calendario que se adapta mejor al objetivo supremo: llegar a tope al Mundial de 2026.
El punto en contra aparece en el calendario: la temporada de la Major League Soccer termina en octubre y no vuelve a iniciarse hasta febrero. Es decir, cuatro meses de inactividad en la antesala de una Copa del Mundo.
Lo que hace algunos meses parecía una utopía —ver a De Paul en el fútbol de Estados Unidos— hoy es una posibilidad real. Además, las Garzas ya no son un club modesto: vencieron al Porto en el Mundial de Clubes, un hito que marcó la primera victoria de un equipo de Centro y Norteamérica ante un europeo en una competición oficial de FIFA.
La historia está en desarrollo. El tiempo dirá si De Paul se suma a este nuevo capítulo de su carrera, al lado de su capitán y amigo, en un destino que, lejos de ser exótico, quizás hasta podría ser el más lógico de todos en este contexto.